viernes, 7 de enero de 2011

LA CONCIENCIA PODERADA QUE SOSTIENE A LAS AVES EN VUELO

Esta tarde, ya con el ocaso, entró un comesebo a casa; se trata de un pajarillo vistoso, de un canto peculiar. Lo cogí con cuidado y lo devolví al bosque. Al regresar a casa, advertí que había una plumita.

comeseboComo hace ya mucho que aprendí que nada sucede por casualidad, su entrada en casa vino a significar algo, y la pluma también.

Me senté con deleite a recibir su mensaje. Comparto con ustedes lo que me dijo.

Plumita: No soy la conciencia de esa plumita la que te está hablando, sino la conciencia ponderada, eterna, que sostiene a las aves en vuelo, que las orienta siempre, y que jamás sabe de fracasos.

Gracias a todo una exquisita trama de conciencias asociadas al Amor, hoy he sido conducida a tu encuentro para recordarte que a ti también te sostengo en tu faz humana.

Es curioso cómo se dan las cosas a veces, ya que tu conciencia creadora indiscutible hoy se asiste de mí para sostenerse en el vuelo de la conciencia ponderada.

Estás volando sin escalas, determinado y conducido por el Amor, hacia tu destino de conciencia anhelado por tu corazón; ahora, atraviesas la zona de mayor inestabilidad en tu vuelo, pero ahí estás, firme, con fuerza, volando al rumbo que te susurro, desviándote lo menso posible y así conseguir llegar a tu norte soleado, a la tierra nueva de promisión, la Hiperbórea tan añorada. Sus auroras polares ya las sientes entre tus plumas, las hueles, las percibes en el aire tan ionizado.

Un breve batido de las alas de tu corazón y habrás llegado al destino abrazado.

Ánimo, comienza a cantar, como las aves que anuncian el nuevo día, aún cuando el sol ni siquiera ha despuntado. Es ya hora.

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