miércoles, 13 de enero de 2010

ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY Y LA CIUDAD INTRATERRENA DE LOS NIÑOS

Hoy Klala, un ser muy especial para nosotros, que llevaba días ‘desaparecido’, nos ha traído un magnífico regalo a mí y a Igneón. Nos ha traído a Antoine de Saint-Exupéry: autor del famoso libro ‘El Principito’, y, de paso, ha sacado a la luz de la Conciencia Humana de 3D una nueva ciudad intraterrena: ‘La Ciudad de los Niños’. Seguro que este mensaje no os va a dejar indiferentes y os pasará como nos ha pasado a nosotros: nos ha reconectado con la maravilla que es existir, porque nos ha recordado la importancia de vivir desde el corazón, desde nuestros niños y niñas interiores.

Antoine venía con un grupo de niños que se reían. Proceden de una ciudad a la que él se fue cuando despareció: La Ciudad de los Niños.

También he percibido que se ha sentido llamado por la Red Social de la Puerta del Arco Iris que se ha creado ‘mágicamente’ con la ayuda inestimable de la Madre Creadora y de los hermanos estelares que inspiran a nuestros mecenas informáticos: Daniel y Rocío…

Antoine: Querida familia, es realmente para mi un gusto enorme poder estar aquí con ustedes. Soy Antoine. Sí, ese mítico aviador de la estepa patagónica; pero más conocido fuera de este país, por haber sido el autor de un pequeño libro que ha entrado profundo en los corazones de tanta, tanta gente, de tantas generaciones. Me refiero a El Principito.

La verdad que ese Principito soy yo mismo de alguna manera, ese niño que supo expresarse de esa manera tan particular. Verdaderamente, no es que yo lo haya inventado directamente, sino que ha sido una inspiración que recibí, y de esa manera fue que le di curso sobre el papel, en esos pequeños trozos de papel que plasmaron esta historia, que cuenta la vida de un niño, cuidando de su rosa y sus volcanes en su pequeño planeta, y cómo fue transitando por distintos planetas, con distintos seres, hasta llegar a la Tierra y encontrarse conmigo en medio de un desierto, donde mantuvimos unas conversaciones realmente muy, muy profundas, muy sentidas de ese niño magnífico, que finalmente –extrañando su rosa, sus volcanes y a su pequeño planeta- decidió volver con la ayuda de una serpiente muy venenosa que le retuvo el cuerpo, pero no el corazón.

Es cierto; hasta el día de hoy, nadie sabe cómo fue que desaparecí. Salí en un vuelo de reconocimiento y nunca volví; nunca aparecí, jamás se supo de mí. Es imposible que pudiera saberse de mí, porque en realidad yo estoy habitando, aún ahora, en la Tierra Interna, en una ciudad magnífica: La Ciudad de los Niños.

La ciudad donde los niños, donde el ser niño, el niño interior, es el principal elemento de conciencia de todos los que vivimos aquí. Claro está que está lleno de niños. Muchos de ellos me están acompañando ahora, mientras estoy aquí, hablando con ustedes.

Ese niño magnífico que hay en el interior de cada uno de ustedes que está leyendo esto, es ese niño que permanentemente les llama a volver a jugar, a hablar con el perro o el gato que hay en casa, a poder imaginar magníficos escenarios, con aventuras sin igual, la espontaneidad; el hablar desde el sentir, el actuar desde el sentir, el vivir desde el corazón.

La Puerta del Arco Iris fue lo que me llamó; claramente hizo sonar una dulce voz interior diciéndome “ve allí, porque allí tú tienes algo para decir”. Es con todo placer que aquí estoy, expresando estas palabras, pues esta red social está llamada justamente a ser integrada por seres desde el corazón, en una magnífica confraternidad de humanos que podemos, entre todos, vivir desde el corazón.

Hay también otro ser que ha sido partícipe de El Principito. Me estoy refiriendo a un escritor argentino (Alejandro Roemmers), a quien le inspiré una segunda parte de El Principito.

A quien debo decir que me acerqué, estando él íntimamente tan ligado a esa historia y a mi vida como aviador de la Aeroposta Argentina en Patagonia.

Cómo se fueron dando las cosas, realmente fue algo muy bonito. Imaginar con él, con su niño interior, ese viaje en un auto con un desconocido, en el que ya el Principito es un poco más grande; ya es un adolescente, bien adentrado en la adolescencia, y en este mundo actual –mucho más sin corazón de lo que fue mientras yo estuve viviendo cuando estaba en la Tierra de Superficie. Es un bálsamo. Es una caricia para el alma, una caria para el corazón. Ese hombre también forma parte de esta magnífica Red, que seguramente llegará más allá de lo que hasta ahora se han siquiera imaginado.

El Principito está. El Principito está en cada uno de ustedes y en cada uno de estos niños que me están acompañando en este momento, mientras vuelco este sentir a través de este canal, que por cierto tiene su niño muy despierto (Igneón). Su niño es una de las cosas más llamativas, porque es un hombre grande, pero bastante niño, que le mantiene en una frescura, con la cual me siento muy identificado.

Yo también estoy haciendo una llamada a todos ustedes, para que en esos momentos de paz, de tranquilidad –que siempre podemos encontrar o armar- yo les pido que se conecten con esta ciudad, con esta ciudad donde el niño interior es la esencia de la vida.

Simplemente, si quieren, úsenme a mí como puente –puede serles más fácil, o al mismo Principito-. Pídanle a su niño interior que los lleve, que los lleve en esencia a esta ciudad, a estar allí con todos estos niños y con todos estos niños grandes, que les permite revitalizarles el corazón; hablandarles en el sentir, volverlos frescos, ligeros. Abrir ese corazón, que tantas veces termina cerrándose por vivir en esas densas ciudades, por estar en situaciones muy extremas.

Sé que la vida en la Tierra de Superficie se ha convertido en algo muy tiránico, muy poco amorosa. Y es la razón también de mi venida: Recordarles que siempre tienen en el corazón la respuesta a todo lo que están buscando. Recuerden que hay una frase, tal vez la más conocida de este Principito, que vino a hablarme hace ya tantas décadas, que dice que ‘lo esencial es invisible a los ojos’. Esa es la clave. Vayan a lo esencial que está cuando ustedes entran por la Puerta del Corazón, la Puerta del Arco Iris, le dirían los niños, con todos esos mágicos colores, entrelazados entre sí, donde no se nota donde termina uno y comienza el otro, donde esa unión forma una red magnífica que da ese tapiz de franjas muy coloridas y brillantes, que cada uno de ustedes integra, y que cada uno de ustedes está llamado, amorosamente, a despertar.

Innée: Parece ser, Antoine, que también has llamado a mi niña interior (estaba emocionada). Qué mensaje tan bonito. Te agradezco profundamente que hayas venido. Qué sorpresa tan bonita. No me la esperaba, ni siquiera me hubiera podido imaginar que A. de Saint-Exupéry pudiera venir a hablar con nosotros, además de tener esa experiencia de haber, aparentemente, desaparecido sin dejar rastro y haber entrado en una ciudad intraterrena. Gracias a Klala por este bonito regalo….

A mí me gustaría que nos dijeras por qué te sentiste llamado a ir a esa ciudad, cómo pudiste entrar. Yo soy originaria de una ciudad intraterrena llamada Telos.¿Puedes explicarnos algo más sobre cómo te pasó?

Antoine: Físicamente, podriamos decir, Telos no está tan cerca de donde está la Ciudad del Niño Interior, pero entrar aquí es realmente un paso muy sencillo para quien está ya establecido en el corazón. Es una ciudad a la que se accede dimensionalmente.

Yo, en aquella noche que salí, que ya era noche, en el vuelo de reconocimiento, simplemente algo me llamo a girar el mando del avión que llevaba y me interné por una abertura en la misma Tierra, y entré a otra Tierra, porque no puedo decirlo de otra manera. Me acuerdo de ese momento tan vívidamente, cuando yo seguía entrando con mi avión…y de golpe, adentro, había otro cielo, con sol y Tierra, con unas magníficas aguas, hasta que el avión aterrizó porque se le acabó el combustible, logré bajar, y llegué a esta ciudad magnífica donde todos me conocían, donde fui recibido tan amorosamente, y donde vivo, desde entonces, en esta magnífica Tierra Interna a la que estoy entrañablemente unido.

Inneé: Supongo que ahí, al ser una ciudad intraterrena, se vivirá como en 5D, en el sentido de que el corazón es la clave, ¿verdad?

A: Aquí si no vives en el corazón, no vives, directamente. La frecuencia básica es la frecuencia del corazón abierto, la de vivir desde el corazón y esa es una condición mínima que se nos pide a quienes entramos aquí. Todos estos niños, y todos los niños internos de todos los adultos que estamos aquí, vivimos en una confraternidad magnífica y es la experiencia más maravillosa que me encantaría que la Tierra de Superficie pudiera llegar a vivir en algún momento. Sé que se está haciendo mucho trabajo para ello, y, cuando sea el momento saldremos desde aquí a regar el mundo de superficie con la bendición del corazón. Y con estos niños, magníficos niños, que de aquí dentro están llegando a la Tierra de Superficie para ayudar a llevar a todos ustedes de vuelta al camino del corazón.

Antoine, yo te quería invitar a seguir viniendo a hablarnos de tu experiencia para que ese niño interior de cada uno vaya queriendo vivir en el corazón, aunque seas adulto, porque eso es lo que nos pasa, que perdemos esa capacidad y, además, creemos que todo lo que nos pasa relacionado con el corazón son milongas, o vulnerabilidades o debilidades o imaginaciones… Me parece el tuyo un testimonio tan bonito que me gustaría, si no tienes inconveniente, que te fueras pasando por aquí, por la Puerta del Arco Iris (Red Social recientemente creada por nosotros) y fueras diciendo cosas que sientas que deban ser escuchadas por nosotros aquí, en la Tierra de Superficie.

A: Lo esencial ya ha sido dicho tantas veces, pero también es cierto que tantas veces más hay que volverlo a decir y con todo gusto y placer, vamos a volver todos los niños que estamos aquí, una y otra vez, para recordarles, una y otra vez, que la vida hay que vivirla desde el corazón. Así es que, gracias por la invitación, de hecho si no me invitaban ustedes, yo me iba a autoinvitar para venir, de tanto en tanto, a traer la fresca voz de los niños, de esos niños que están muy vivos y esperando salir a la conciencia en cada uno de ustedes.

Inneé: Gracias, Antoine, por favor, ven cuando quieras.

Nota: Hemos creado una Red Social, con la ayuda de nuestros mecenas informáticos Daniel y Rocío, llena de color. Si deseáis visitarla y forma parte de ella, hacer click en:

http://lapuertadelarcoiris.ning.com/

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