sábado, 3 de octubre de 2009

ELIXIR DE AMOR, parte 1

SERGIO: Confieso que desde hace unos días me está rondando una energía relacionada con el amor, el corazón y su tesoro. Me encontré escuchando varias veces diferentes partes de L’elisir d’amore, compuesta magistralmente por Gaetano Donizetti, allá por 1832.

Lo que haré es seguir la trama de la historia e ir mechando lo que el corazón viene a decirnos. Como esta obra está tan bien lograda, les propongo ir de la mano de la música, el canto y la imagen, mientras avanzamos en lo que el corazón tiene para reflexionar.

CORAZÓN: Es maravilloso tener la oportunidad de expresarme con ustedes, mediante tu voz, Sergio.

La Madre Divina, la Creadora, ha depositado en mí la gracia de su esencia, la verdad de Todo Lo Que Es. Soy el símbolo del amor puro, del amor sagrado, del amor que echa por tierra toda ilusión, toda fantasía, toda idealización. Sólo lo verdadero pulsa en mí. El amor romántico no tiene nada, absolutamente nada, de amor. Es pura ilusión, sostenida por la humanidad.

En cada pulso instilo el llamado de la Madre, les recuerdo vuestro origen divino, la esencia del amor que son. Les llamo a que sigan mí cantar, a que se jueguen por quienes realmente son, por lo que sienten. Aunque ninguno de ustedes puede decir verdaderamente que no me ha escuchado, no exagero si digo que tampoco me han hecho caso. Han tenido miedo, no creyeron en sí mismos, creen carecer de la confianza necesaria para obrar en consecuencia; se sienten incapaces en algún punto. Como valoran más lo externo que lo interno, entonces, le dan valor a la forma en lugar de la esencia, prefiriendo conformarse con poco, con migajas, en lugar de con la totalidad que se merecen y que pueden brindarse.

SERGIO: Corazón, la historia de la obra que usaremos como referencia a lo que tú dices, refleja con sencillez lo que tan comúnmente sucede con nuestro sentir, con cómo nos esmeramos en desoírte. Aunque también estamos aquellos que nos esmeramos por seguir tu dictamen, llevándonos a renunciar al control una y otra vez.

Para dar un contexto, diré que dicha ópera transcurre en la campiña italiana donde un campesino, Nemorino, de corazón puro, noble e inocente, ama a una granjera, Adina, que teme comprometerse con sus sentimientos y rechaza el amor verdadero.

CORAZÓN: Seguirme es tan sencillo; basta con confiar en ustedes, en lo que yo les inspiro como sentimiento. Pero, ¡ah! Mis modos y formas no son los vuestros y eso los asusta tanto. Ustedes quieren lo conocido, lo lineal, y yo les propongo vivir el presente eterno, el momento a momento, sin controles, sin suposiciones, sin ilusiones.

Vean el caso de Adina, prefiere amores superficiales al amor sagrado, al que ve como una tontería porque hace sufrir. Aunque más bien diría que en realidad la obliga a posicionarse ante sí misma y los demás. A darle valor a lo esencial en lugar de la forma.

Por su parte, Nemorino desea seguir el llamado inequívoco de su corazón, aunque el no saber cómo, lo lleva a vivirlo con dolor y sufrimiento; él no confía plenamente en sí mismo como para zanjar su aparente diferencia social con ella, confiando en sí, nada más. Pero tampoco puede sacarla de su corazón.

SERGIO: Comprendo, Corazón. Entonces, está claro que igualmente buscamos resolver el problema que se nos plantea, aunque no necesariamente de la manera mejor, sino de la que en primera instancia estamos acostumbrados: por medio de algo externo a nosotros mismos; un hecho “mágico” por sus características.

CORAZÓN: Sergio, no existe magia en el afuera, sino en el interior, en mí interior. Pero ustedes prefieren darle valor y fuerza a lo externo antes de que a sí mismos. Entonces, ¿qué hacen? Buscan orientación en otros, se dejan llevar por esas opiniones, me acallan para no seguirme porque lo que les propongo les da vértigo. Les pido jugarse por sí mismos y eso muy pocos, muy pocos, se animan a hacerlo.

Nemorino, el personaje que has elegido, refleja esa actitud tan humana y triste a la vez.

SERGIO: Él ha sabido de una novela clásica donde Tristán ama a una mujer llamada Isolda, quien no escucha su corazón. Él tampoco cree en la fuerza del suyo propio y acude a un elixir para que ella se rinda a él. Esta historia es tomada por Nemorino y así acude a un supuesto médico por un remedio mágico, al que le atribuye poder sobre sí mismo. Éste se aprovecha de él y le vende un vino por elixir. Nemorino deposita en él la solución de su problema de amor, y lo único que consigue es emborracharse, alejándola aún más a Adina de su corazón.

CORAZÓN: La ilusión reina en el corazón de la humanidad. La razón de todos sus males radica ahí. Me desoye una y otra vez, abriéndose a lo no verdadero y rechazando la verdad. Yo le propongo la dicha más grande y ella prefiere el sufrimiento y el temor. Cada vez que uno de ustedes le da poder a algo externo, comienza un camino de dificultades y de sinsabores.

En este caso, la botella con el supuesto elixir simboliza todas las cosas que ustedes mismos proyectan fuera de sí, aquellas que ustedes mismos alimentan y vitalizan con vuestra propia energía. Con eso sólo consiguen desvitalizarse, envidiar, valorar lo del otro por sobre lo propio, obtenerlo sin más. Esto pone de manifiesto la propia falta de valoración, el no advertir los dones únicos que cada uno posee en sí mismo y entonces yo me quedo llamándolos suavemente. El amor es inclusivo no exclusivo. El amor respeta la decisión de cada uno, no obliga. El amor que pulso con cada latido los llama una y otra vez. Es la Madre Divina, la Creadora quien les dice “regresen a mí, sean quienes son, escúchense y manifiéstense en su esencia”. Esa es mi canción, esa es mi pasión. También es la de cada una y cada uno de ustedes. Porque no son lo que hacen sino lo que realmente son.

SERGIO: Tantas veces escuchamos esto y tan pocos nos animamos a ser.

En nuestra historia de referencia se suceden varias situaciones donde se complica todo mucho más. Aparece un pretendiente de Adina, que sólo la quiere por su belleza y como conquista. Nemorino se apoya en suposiciones no en la verdad que siente. Le da mayor crédito a la supuesta magia del licor que ha tomado. Es en ese punto donde se pierde, donde cae en manos de la desdicha, simplemente porque no ha seguido el propio sentir. Entonces, todos se burlan de él.

1 comentario:

  1. MARAVILLOSO TU TRABAJO. GRACIAS. SOS MUY VALIOSO TKM CECY

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