domingo, 22 de noviembre de 2009

LEYENDO LA NATURALEZA, parte 11

 

Hola, soy la Hormiga, y junto con Azton vamos a entregarles un conocimiento básico acerca de la vida natural y cómo leerla para que ustedes, los humanos, puedan beneficiarse más aún de lo que ella tiene para darles. En este caso se trata de leer, de aprender a conocerla más en la intimidad.

En esta ocasión les proponemos a la cigarra como tótem.

La chicharra

cigarra Las Chicharras están emparentadas con la mosca de la fruta. Tienen grandes ojos rojos, alas con venas de color anaranjado y pequeñas antenas. Hay dos grandes tipos de chicharras. Uno invierte 17 años como ninfa alimentándose en raíces de árboles mientras viven bajo tierra, el otro vive 13 años bajo tierra. Cada tipo, como si de una señal cósmica se tratara, emerge al mismo tiempo de la tierra, cambian a adultos, copulan, ponen huevos y luego mueren. Otra generación de chicharras no emergerá hasta después de 13 ó 17 años.

Aquellos con la chicharra como tótem tienen urgencia en descubrir quiénes son realmente. Impulsados a comprender su viaje personal del alma siempre se sienten como si estuvieran fuera del tiempo y se detendrán ante nada para descubrir su verdadero ser. Cualquiera en una relación con una persona que tiene esta medicina debe aprender a moverse rápidamente o siempre sentirá que está etiquetada detrás de su compañero. Esto, en cambio, puede causar inseguridad e inestabilidad en del contexto de la relación.

Los ciclos de 13 a 17 años de la chicharra son muy significativos para aquellos con este tótem. Debido a que la chicharra tiene una vida corta nos muestra cómo vivir a pleno cada momento. Los mayores cambios o procesos de muerte-renacimiento generalmente ocurren en las vidas de los individuos cada 13 ó 17 años.

Las chicharras son mejor conocidas por sus sonidos acústicos tan conspicuos. El macho de la especie produce el sonido más fuerte en el mundo de los insectos. Haciendo vibrar su caja abdominal en un par de cavidades de amplificación en la base del abdomen, su sonido puede oírse hasta 750 metros de distancia. La comunicación por medio del sonido es una de las cosas que este animal nos enseña. El sonido puede tener efectos agradables en la psiques, aunque también puede suceder lo contrario. La gente con la medicina de la chicharra tiene que estar conciente del sonido y entonar su voz y cómo afecta a otros, de manera de usar esta medicina apropiadamente.

Debido a que la chicharra pasa la mayor parte de su tiempo bajo tierra se la asocia con lo no visto o escondido. Para encontrar las verdades ocultas se requiere que la persona vea por debajo de la superficie. La chicharra nos enseña cómo ahondar en los bajos fondos sin miedo y descubrir los secretos que yacen bajo la superficie. Aquellos con esta medicina son exploratorios por naturaleza y deberían llamar a la chicharra cuando haya una necesidad para comprender la verdad sobre la realidad y la ilusión.

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