martes, 18 de agosto de 2009

EL CANTO y MOZART

 17 de agosto de 2009

 cantante Es que Yo Soy el CANTO, y estoy acá porque me resultó muy gracioso como yo iba cantando ya dentro de Azton, todo su cuerpo era una sola música y una vez que, tuvimos que esperar a que Yeshua terminara y ahí ya él no podía sostenerlo más y estaba ¿si yo era o no era? Y sí, soy, y creo que no quedó ninguna duda de que soy el Canto y he venido en esta tarde de sol, en esta tarde tan linda, también para alegrarles la vida a todos los que están escuchando particularmente, no sé como llegará para los que leen, porque no van a poder escuchar esta parte que hice de canto, pero en realidad lo que quiero hacer es traerles alegría, traerles un momento de ligereza, de liviandad, porque ustedes generalmente se están riendo, están haciéndose bromas, pero hoy andan medio apagados.
Entonces por eso he venido yo para decirles, tanto a ustedes como a los que están escuchando y a quienes leen, para que también lo hagan, convóquenme, llámenme, Yo Soy el Canto, el canto que los saca inmediatamente de cualquier situación así como de decaimiento, de depresión, llámenme, empiecen a cantar, no se queden solo con ese canto que a veces me llaman, y quedamos bien mojados los dos, quienes cantan la canción, ustedes y yo, debajo de la ducha o adentro de la bañera, o cuando van caminando.
Canten, cántenle a la vida, si la vida lo más hermoso que tiene es toda esa experiencia, es toda esa cosa tan linda, ustedes no tienen ni idea de cuántos seres, yo no los podría contar, pero la cantidad de seres que están deseosos de poder entrar en un cuerpo para poder expresarse.
No estoy hablando solamente por el canto, que es una de las cosas que ustedes pueden hacer en este espacio, sino también por toda la experiencia que hacen en la tierra, esa experiencia que hacen cuando están metidos en el cuerpo y que estos seres cuando no tienen cuerpo no pueden hacer.
Entonces denle vida, denle vida a sus cuerpos, pónganse a cantar porque el canto les levanta inmediatamente, es como la risa, es como la alegría, es como todos esos encuentros y cada uno tiene un punto de canto, un punto, una canción que podría ser cualquiera, no importa. Esto de recién ha sido una pequeña porción de lo que podría ser, es un momento muy improvisado, porque no había ninguna canción en particular, es solamente llevar esos tonos, cantarlos, expresarlos y dejar que todo eso salga, que la garganta se abra, que se forme esa hermosa flor que es el chakra de la garganta y entonces así plenamente ustedes van a sentir ese calorcito en la garganta de ese chakra totalmente distendido, totalmente abierto, dispuesto para la expresión de todo lo que ustedes tienen para decir.
Cuando ustedes se sientan, lo que tantas veces les pasa, ¿no?, que se les quedan cosas atragantadas en la garganta, cosas que no se animan a decir, cosas que después se critican diciendo, ‘uh, hubiera dicho esto, hubiera dicho lo otro’, libérenlo cantando. Para eso estoy, yo soy uno de los ángeles que tiene a cargo todas estas expresiones y ustedes tienen la capacidad de poder hacerlo y más allá de si los tonos realmente son los apropiados, si es la nota, eso es lo de menor importancia. Permítanse abrir la garganta y expresar eso que está ahí, porque para eso es lo que están, para expresar el amor, para expresar la alegría, para expresar todas las bondades que el Creador común a todos nos ha brindado.

¿Qué te gustaría cantar? ¿Qué tonada?, porque esa es la, ¿qué tonada?, vamos a buscar una tonada te gustaría expresar, ¿qué tonada te gustaría dejar salir y que te ayude, así como le ayudó a Azton recién, a elevarse a esa vibración tan alta que ahora cree que ni siquiera está tocando el piso con los pies?

¿Sabes quién soy, el que te quiere hablar? Soy Mozart.
AZTON: ¿Mozart? A ver, voy a buscar el encontrarte....

AZTON: Me salta el corazón y ahí percibo tu energía, a ver si puedo tomar la palabra de lo que me quieres decir...

AZTON: Cantando una canción que se llama la primer aria que Bastián le canta al mago Colás. Es de la ópera Bastián y Bastiana.
papageno Ay, así es, suena raro realmente mi Bastián y Bastiana cantado en el idioma que ahora recuerdas que es el castellano, pero es cierto, esa fue mi primer ópera, esa fue la primer obra que yo escribí. Tenía entonces doce años, era muy pequeño y esa obra, que hoy veo tan lleno de ternura, de inocencia, con esa expresión tan cándida, ese amor puro y verdadero entre estos dos seres en el campo y en el palacio, y que tantas veces he estado ahí presente, te digo Azton cuando la representabas en las distintas escuelas, cuando se cantaba en todos esos espacios donde los niños se quedaban así, tan maravillados con las expresiones, como ustedes estaban vestidos, con ese trabajo tan lleno de amor que han realizado.
Hace un tiempo sentiste que estaba mi presencia dando vueltas pero aún no eras capaz de engancharte, de conectarte conmigo. Lo hacías vibratoriamentepero no así, permitiéndome expresarme en palabras.
Mucho se ha dicho de mi vida, de mis obras, he sido uno de los vanguardistas de la época y de alguna manera sigo siéndolo, porque si bien como Mozart ya no existo, la esencia que Yo Soy sigue animando a esa música, a esas obras que divinamente yo canalicé, porque claro, si bien esa era mi tarea cuando yo llegué aquí a la tierra en aquel entonces, fui un muy buen canal de todos los seres de luz que fueron hablándome y yo con la inspiración iba escribiendo esa música maravillosa que luego, hasta el día de hoy, después de cientos de años, sigue tan vigente como cuando yo dejé el plano terrestre.
Esa música que están comenzando a descubrir, que tiene propiedades terapéuticas, en algunos casos han sido propiedades terapéuticas para seres de una conciencia más sutil como pueden ser las plantas, como los animales, pero en el caso del humano tiene aplicaciones pero muy, muy, muy peculiares, porque tanto da para niños recién nacidos, como para niños más, en la infancia media, para la adolescencia, para la adultez, para la vejez, para la madurez. Cada uno de esos períodos de la vida física de las personas, de ustedes, tiene, en mi repertorio un espacio especial en esa música.
Yo lo que quiero proponer aquí es recordar esos momentos, es recordarles que mi música, ya sea tanto en los conciertos, o en las obras sacras, en el réquiem, en las óperas, tanto sea en alemán como este Bastián y Bastiana, que recién cantaba Azton, o en las de italiano como Don Giovanni, para dar solo un ejemplo, son obras – sí, también es cierto – recién Azton me hizo recordar una que es talvez de las más ingeniosas para el momento, que se llama La Flauta Mágica.
Es una obra, y está muy bueno que me lo hayas hecho recordar, porque esa obra es tal vez una de las que cada uno de ustedes, trabajadores de la luz, como yo que he sido un trabajador de la luz de mi época, trayendo luz a un período tan oscuro de la humanidad, esa ópera que se llama La Flauta Mágica.
Es una obra donde justamente habla de la evolución de la conciencia humana, de cómo ir accediendo a nuevos niveles de conciencia, y cuales son las pruebas que nuestro ser va poniendo en el camino para ir superando momentos de gran oscuridad, momentos durante los que uno siente que está desvalido y sin embargo internamente tiene la fuerza y las herramientas y el poder para ir andando aunque en el entorno de uno esté la oscuridad o la aparente oscuridad y si uno es puro de corazón logra pasar todas esas pruebas, todas auto-impuestas, hasta que finalmente aparece el ser superior coronándolos, como es en esta ópera que realicé, mi ópera cumbre, más elaborada, en el momento en el que soy reconocido y que me uno a mi aspecto femenino y masculino, haciendo esa unidad cuando finalmente Zoroastro termina, este ser, este maestro, termina uniendo a ambas polaridades en el Uno.
Hay un ser que acompaña toda esta obra, que es Papageno, es un ser pájaro muy pintoresco, que representa al ego inferior, porque es el que tiene miedo, es el que prefiere esconderse, es el que prefiere tratar de que, bueno, pasar las cosas lo mejor posible, le encanto poder estar comiendo un buen queso, tomando un buen vino, y esas cosas, y está el alma, el ser que está pasando por estas pruebas, está avanzando, que tiene que ir acompañándolo y que no puede estar uno sin el otro.
Es una alegoría maravillosa que yo vengo hoy a recordarles. Iba a hablarles de otro aspecto pero esto que Azton me hizo recordar recién, me pareció, es más afín con la vibración para poder expresarme por medio de este canal y yo les animo a que busquen esa obra, a que la consigan. Está en alemán porque fue mi origen en su momento y está hecha en mi lengua materna, pero sé que esos vienen traducidos en este momento, que se los puede conseguir.
Yo le voy a pedir a Azton que les dé las posibilidades, que les comunique como conseguirla y tengan la paciencia de seguirla. Particularmente pongan atención a los coros, pónganle atención a las diferentes arias, que son esos cantos de los personajes principales y vean quienes son los que vienen a tratar de que el ser no logre el objetivo que quiere lograr. Que no logre la iluminación. De como el ego va buscando también hacer lo mismo desde un lugar de absoluta cerrazón mental, porque no se le puede pedir mucho más a un ego, hay que ir acompañándolo.
Como se va dando el encuentro que la divinidad va poniendo en el camino de cada uno para que sean justo las situaciones necesarias de aprendizaje, hasta que finalmente en la pureza del corazón logran la unidad con el Uno.
Por hoy no voy a continuar, quiero quedarme aquí y llevarlos a recordar esto, pero voy a volver porque quiero ir avanzando en esto de ir contándoles los distintos aspectos de la música que yo he escrito y que hoy son de absoluta vigencia para ubicarlos en los distintos períodos de vida que están viviendo en estos momentos tan difíciles que les toca atravesar.
Yo Soy MOZART, realmente muy, muy contento de haber podido realizar este contacto.

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